Percusión
Estudiar batería y percusión me llevó a pensar cómo traducir impactos sonoros en imágenes. En este proceso de experimentación, utilicé placas de aluminio offset como matriz. Al golpear las planchas y luego entintarlas para pasarlas por la prensa, quedaron las huellas del sonido impresas sobre el papel.
Multiple, modular, escalable
Las artes escénicas, al igual que la música, se desvanecen con el tiempo. A menos que se graben.En sus distintos significados, la palabra grabar comparte la posibilidad de dejar una huella reproducible sobre alguna superficie. Comencé a dibujar con máquinas eléctricas sobre placas de aluminio offset. Los huecos de grabados resultantes son una experimentación sobre el caos y la velocidad de las máquinas con mayor o menor grado de control según la fuerza aplicada. También hay placas, matrices, que fueron colocadas en el pavimento durante manifestaciones políticas o en avenidas, que registraron el paso del tránsito. Son ensayos que intentan capturar tiempo, sonido y movimiento.
Los huecos de grabados resultantes son una experimentación sobre el caos y la velocidad de máquinas con mayor o menor grado de control según la fuerza aplicada.
Estas piezas dieron como resultado la confección de trajes que llevarían sus diseños y que fueron vestidos por performers en una parábola que se reencuentra en movimiento.
Puedo imaginar ahora que tocar la puerta del taller de Julián, no es un acto más, son estímulos sonoros, un ritmo que lo busca y lo llama.
Tal vez en su cabeza se disparen recuerdos de una vida en cavernas, garrote en mano y carbón, para pintar sobre las piedras, escenas salvajes.
Esos ritmos, que comunican “un tempo” a todos los hombres y en todos los tiempos, lo obsesionan particularmente.
Impulsos en el silencio de su cuerpo primitivo, siempre presente, que se graban en láminas de chapa, repiqueteos de bateria que repujan con pequeños golpes y rayones, claves en morse o escritura para ciegos.
Antiguos sonidos de fuego, que lo nombran.
Acaso él sabe nadar en esa angustia, y como a tientas, en una habitación a oscuras, busca una llave o una luz, para hacer visible lo que siente.
Surgen a partir de esas chapas, colores impresos sobre papeles de algodón, como amables terciopelos, en una narrativa visual de tiempo infinito.
Quizás por eso, cuando cierra la puerta en esa caverna en Chacarita, las obras que nacen del fuego de sus tambores, emanan no sólo reflejos de sus golpes, sino sobre todo, de él mismo.
Pablo Scheibengraf, clínica Diana Aisemberg, 24 de setiembre de 2019, Bs. As.
Percusión
Estudiar batería y percusión me llevó a pensar cómo traducir impactos sonoros en imágenes. En este proceso de experimentación, utilicé placas de aluminio offset como matriz. Al golpear las planchas y luego entintarlas para pasarlas por la prensa, quedaron las huellas del sonido impresas sobre el papel.
Multiple, modular, escalable
Las artes escénicas, al igual que la música, se desvanecen con el tiempo. A menos que se graben.En sus distintos significados, la palabra grabar comparte la posibilidad de dejar una huella reproducible sobre alguna superficie. Comencé a dibujar con máquinas eléctricas sobre placas de aluminio offset. Los huecos de grabados resultantes son una experimentación sobre el caos y la velocidad de las máquinas con mayor o menor grado de control según la fuerza aplicada. También hay placas, matrices, que fueron colocadas en el pavimento durante manifestaciones políticas o en avenidas, que registraron el paso del tránsito. Son ensayos que intentan capturar tiempo, sonido y movimiento.
Los huecos de grabados resultantes son una experimentación sobre el caos y la velocidad de máquinas con mayor o menor grado de control según la fuerza aplicada.
Estas piezas dieron como resultado la confección de trajes que llevarían sus diseños y que fueron vestidos por performers en una parábola que se reencuentra en movimiento.
Puedo imaginar ahora que tocar la puerta del taller de Julián, no es un acto más, son estímulos sonoros, un ritmo que lo busca y lo llama.
Tal vez en su cabeza se disparen recuerdos de una vida en cavernas, garrote en mano y carbón, para pintar sobre las piedras, escenas salvajes.
Esos ritmos, que comunican “un tempo” a todos los hombres y en todos los tiempos, lo obsesionan particularmente.
Impulsos en el silencio de su cuerpo primitivo, siempre presente, que se graban en láminas de chapa, repiqueteos de bateria que repujan con pequeños golpes y rayones, claves en morse o escritura para ciegos.
Antiguos sonidos de fuego, que lo nombran.
Acaso él sabe nadar en esa angustia, y como a tientas, en una habitación a oscuras, busca una llave o una luz, para hacer visible lo que siente.
Surgen a partir de esas chapas, colores impresos sobre papeles de algodón, como amables terciopelos, en una narrativa visual de tiempo infinito.
Quizás por eso, cuando cierra la puerta en esa caverna en Chacarita, las obras que nacen del fuego de sus tambores, emanan no sólo reflejos de sus golpes, sino sobre todo, de él mismo.
Pablo Scheibengraf, clínica Diana Aisemberg, 24 de setiembre de 2019, Bs. As.
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